Naciones Unidas, 26 sep (EFE).- La lucha contra las drogas y el combate al cambio climático centraron hoy la intervención del canciller de México, José Antonio Meade Kuribreña, ante la Asamblea General de la ONU.
“Debemos buscar respuestas más efectivas desde un enfoque de salud, un marco de respeto a los derechos humanos y una perspectiva de reducción de daños”, dijo el canciller, que intervino en nombre del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
Meade se sumó a la petición que hizo hoy el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, para que se abra sobre las drogas un debate “abierto” e “incluyente” en la comunidad internacional que conduzca a la asamblea extraordinaria convocada para 2016.
“Pensamos que la prevención debe ser privilegiada, buscando reducir los daños a la salud y, sobre todo, disminuir la violencia social asociada al problema de las drogas”, indicó el jefe de la diplomacia mexicana.
Asimismo, el canciller de México abogó por el fortalecimiento de la cooperación internacional para reducir los flujos ilegales de armas y dinero que alimentan a las redes criminales, por lo que saludó la declaración de Antigua de la Organización de Estados Americanos.
Meade subrayó que el combate a los grupos delictivos debe hacerse conforme al estado de derecho y el respeto a los derechos humanos, y pidió que se investigue si se vulnera el derechos a la privacidad de los ciudadanos o algún gobierno, y que se depuren responsabilidades.
Por otro lado, el canciller dijo que México ha trabajado durante décadas para fortalecer sus capacidades para prevenir y hacer frente a los desastres naturales y recordó que en las últimas semanas ha sufrido la llegada de dos huracanes, “Ingrid” y “Manuel”.
“Sin embargo, la mayor vulnerabilidad a la que estamos sometidos hace evidente la urgencia y necesidad de actuar”, afirmó Meade, quien dio la bienvenida a la convocatoria de una cumbre para la acción contra el cambio climático en la ONU en septiembre de 2014.
En este sentido, el ministro de Exteriores reiteró el compromiso del Gobierno mexicano de seguir contribuyendo a la implementación de los acuerdos logrados en 2010 en la Conferencia de Cancún sobre cambio climático.
También se refirió al proceso de evaluación del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados por la comunidad internacional en el año 2000 y el actual debate sobre la agenda de desarrollo después de 2015.
“El éxito de los ODM radica en centrar la acción de la comunidad internacional en objetivos claros y ambiciosos, pero persiste una desigualdad lacerante y la falta de participación y acceso al desarrollo de los grupos más vulnerables”, advirtió.
En este sentido, lamentó que la pobreza, la desigualdad y la exclusión social sigan exacerbando los conflictos y contribuyendo a socavar el estado de derecho, y abogó por la inclusión como premisa central de las negociaciones de la nueva agenda de desarrollo.
México también se sumó al coro de voces que piden una salida diplomática al conflicto en Siria y apoyó la convocatoria de una conferencia internacional en Ginebra “para lograr una paz duradera” en ese país.
“El desmantelamiento y la destrucción de los arsenales químicos sirios debe ser inmediato y sin condiciones y no puede haber espacio para tácticas dilatorias o chantaje”, añadió el ministro durante su intervención.
Por último, abogó por una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para que sea verdaderamente significativo “y sin posiciones de privilegio”, que rinda cuentas y sea transparente, y que reconozca que el veto “no cabe frente a situaciones de genocidio”.